sábado, 26 de noviembre de 2011

La duda del galán (o me quedo con los dos)

Una actividad que podría ser simple. Pero con Albert Memmi (1994; http://www.ird.fr/afrodesc/IMG/pdf/CUADERNO_No_8.pdf) podría decir que el orden de la lógica no es siempre el de la vida, y que si queremos ser metódicos, la definición, agrego, cualquier definición, debería ser el resultado de esta larga búsqueda.

Qué capo este Memmi: racismo y opresión, retrato de un colonizado. ¿Sabrá este buen señor que encontré uno de sus libros a 5$ en el Parque Centenario? ¡A eso llamo yo socialización del conocimiento!

Ergo, ante cierta afirmación algo diabólica, que nunca fue pregunta, respondí que no (lejos lejísimos de lo angelical) y me le animé al Scirus (http://www.scirus.com/srsapp/), un buscador científico. Debo decirles que sí, que pensé en usar otro buscador para sondear qué dice la web sobre el “clasismo” como orden de clases diferencial y su relación con el racismo (jerarquización racial). “¡No, Google!¡Déjame!¡Suéltame!”, dije con voz de Grecia Colmenares, pero morocha. En otro de los particulares ritos de pasaje que nos toca en suerte o que elegimos, dejé por fin el Google académico como la verdad revelada. Y me fui con Scirus, una especia de George Clooney con barbita de tres días: por lo atractivo, vió.

Usé el lenguaje simple, conceptual (CLASISMO). Preferí empezar por el concepto, para dar lugar a que el buscador me arme una red conceptual (desigualdad, diferencia, racialidad, subalternidad). De no querer sostener mi investigación, volvería a Google (una suerte de Sean Pean en su mejor momento, y que por lo mismo, no sé si dejaría).

Nada. Todavía no me habla el Scirus. Mucho menos “Jorge” Clooney. Imagínense. Y tomé nota del resultado del concepto (en el margen izquierdo hay variables interesantes). En principio, más que dejar de lado, elijo aquellos títulos que me resultan sugerentes por algún motivo.

En todo caso, tengo claro el propósito de mi búsqueda (algún día les contaré más, sino, me preguntan). Por eso la refino: “a por la búsqueda avanzada”. Agrego desigualdad como palabra clave y nada. Acá me dicen en casa que es porque no encontró la asociación el buscador. Indago en “todo el documento”. ¡Me encantó! Hay un texto titulado: “La sociedad civil asimétrica”. Es un capítulo 5 de algo. Tres veces intenté y no abre el pdf. ¡Qué lo tiró!

Conforme, lo que se dice conforme con la búsqueda no estoy. En realidad, siento que una no se termina de conformar nunca. Porque tiendo a la dispersión y creo que, como en todo, debemos aprender a sistematizar tamaña información y sostener nuestros propios y a veces intuitivos “filtros”. A veces siento que el tiempo (la sensación de su falta) nos remite a las primeras páginas con sus links. La web es la constatación de que “no somos nada”. El éxito es relativo, pequeño o gigantesco. Del tiempo, hace 4 horas que estoy analizando, escribiendo resultados y buscando un lenguaje cómplice para comunicar mis reflexiones. Después me bañé, me comí unas cerezas que me salieron más caras que el libro de Memmi y una banana y volví sobre mis pasos.

Confiable, lo que se dice confiable no es el Scirus este. En el mundo global hay que dudar de todo. Lo que sí, me transmite sensación de seriedad y seguridad. Y me parece que busca en varios espacios antes de traerme la información (es como si averiguara que marca de chocolate me gusta para hacerme un regalo).

Habrá que ver. Como todo inicio de una nueva relación.

¡A por ellos!

lunes, 21 de noviembre de 2011

El laberinto del fauno

Como actividad del curso “Búsquedas académicas en la Web”, dictado por el Citep, UBA debimos pensar asociaciones entre procesos de rastreo, indización y presentación de los search engine. Comparto los resultados de mi humilde análisis.

El tema es así: te tenés que tomar el Subte "B", te bajás en Florida y caminás un par de cuadras por Leandro N. Alem. O te tomás el "D", cruzás toda la Plaza de Mayo y seguís bordeando. O el "A", el que viene de Caballito y rodeás la Casa Rosada y bordeás igual que como venís del "D". En todo caso, evitá 25 de mayo que en hora pico es un despelote.

Y te encontrás, de sopetón, con el Archivo General de la Nación. ¿Viste que si seguís por Alem te chocás con esa fachada, esa puerta verde de dimensiones que superan las de cualquier ser humano (no la de un fauno, por cierto)?. En cualquier caso, en el siglo XVIII y XIX, siempre alguien va o viene para Chile y abre boquetes en la Cordillera.

En fin, empieza la búsqueda. La recolección de la información o los datos que te interesan. O te tirás a la pileta y que sea lo que dios quiera. La recolección de datos se asemeja en sí misma a los textos, mapas y documentos que datan de las fechas en que iba y venía gente de Chile y abría boquetes. Por la fragmentación, por la comparación, por el estado, por esa minuciosidad en la lectura de los manuscritos.

Cursiva

El pibe que está en el archivo es el que va a buscar los legajos que le anotás preciosamente en un papelito blanco. No más de 3 por día. Se va caminando con ropa cómoda y que pueda ensuciarse para subirse a las endebles escaleras de los anaqueles y buscar ese legajo que le pediste. El tipo estuvo mesmamente dentro del Proceso de indización; esto es, en anaqueles de hierro o madera algo raídos, producto del paso del tiempo. Algo que siempre está a punto de caer y por tanto debe reconstruirse de forma permanente. Lleno de polvo volvió el pibe de buscar legajos que hasta hace muy poco estaban en restauración.

¡Pero no vaya a creer! De la restauración vienen unas cajas verdes lindísimas, gigantescas, semejantes a la puerta de entrada, la de Leando N. Alem. Una presentación (que define al proceso de) impecable. Entonces una con todo el amor del mundo desata esos nudos y mira y saca fotos y escribe alguna cosa en el papel y disfruta del momento.

Lo que existe dentro de cada archivo es laberíntico. Y si no nos tomamos nuestro tiempo, considerable por cierto, creeremos que nada tiene que ver con nada (o todo tiene que ver con todo), que nos equivocamos de legajo o que nuestras hipótesis eran erróneas (posible, por otra parte). Pero nunca llegaremos a sistematizar la información y ver, verdaderamente, qué tiene que ver con qué, que no, dónde podremos profundizar y con qué será deseable comparar.

Te diste cuenta: la puerta es parecida a las cajas de los documentos restaurados. Toda una estética archivística.



Como la cruda y magistral película El laberinto del fauno, el resultado de la búsqueda puede ser genial (por la magia de la mitología) o dramático. La diferencia es que el dramatismo puede ir entre comillas. Aún no se nos va la vida en esto.

Che, por si nunca se supo, estoy relacionando el archivo con la Web. A qué se notó!!!???